Terminé de exámenes, y por fín puedo disfrutar como dios manda de una mañana de sábado, una de esas mañanas en las que no vale usar despertador, desayunas zumo de naranja natural y tostadas, sales a la calle y recorres las tiendas sin prisa, parándote a ver todo lo que te apetezca porque ya no hay obligaciones ni quehaceres, acabas comprando algún capricho porque estás feliz y te lo mereces y te vas más contenta a casa que unas castañuelas.
Enorabuena a todos los que como yo puedan por fín disfrutar de la increíble y ansiada vida de no hacer nada.