10.7.12

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Hoy, sin darme cuenta, me he puesto a pensar en el verano que pasamos en Formentera. Me he puesto a pensar en todo aquello que tengo tan grabado. Isla plagada de motocicletas donde es difícil encontrar un hueco libre para la tuya. puentes de madera que te llevan a cada playa. arena blanca. agua pura que nunca cubre y dejará tu piel con purpurina. faro blanco sobre ese acantilado en el que disfrutaba un calipo con sabor a fresa, con esas vistas no necesito más. caminos de tierra y polvo, no queremos carreteras. visitar a la familia de papá de la cual desconocíamos. Image and video hosting by TinyPic Recuerdo todas las puestas de sol, posters en mi cabeza. aún recuerdo su olor. el olor de las tiendas y puestos, el olor de la tienda de biquinis Jane Ibiza y su probador de cañas de bambú. me pregunto si aún estará. El murmullo de la noche isleña desde el apartamento de Es Pujols cuando nos íbamos a dormir, nunca callaba. Los rostros de libertad de todas las personas. la compra en el supermercado ultracaro. las peleas con mis padres y quedarme pensando toda la noche en la hamaca de la piscina, sola. Los piropos italianos. Loren y yo conducimos nuestra primera motocicleta. colas interminables en las gasolineras. Medusas. picaduras de medusas. mamá caza medusas con una red de pescar. Pinos en la arena de playa. Pareo azul oscuro de mamá a modo de toalla. Enamoramiento uno. Enamoramiento dos. adicción a las ensaladas. Enamoramiento tres. Tobillera plateada. Sant Francesc, Sant Ferran de Ses Roques, La Mola, Es Caló y La Savina. Noches llenas de velas y música. sensación de paz absoluta.
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No tengo palabras para describir esa pequeña isla olvidada. Y que esté olvidada por mucho tiempo, que la quiero igualita para cuando vuelva, espero no dentro de mucho.