20.12.13



Me encantaría jugar a un juego que no acabase nunca, donde las cosas no son lo que parecen y en donde sí lo son las que menos esperas. Donde da igual si tienes dos cabezas saliendo del cuello, tres ojos o la boca del revés.Qué mas da, es un juego y todo vale. No hay prejuicios y sólo hay que dejarse llevar por nuestros impulsos más innatos, nuestro Ello. Donde no hay consecuencias y sólo tenemos que limitarnos a dejarnos sentir, con todos los sentidos. SENTIR.