3.10.10

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Ultimamente sueño cosas raras. Sueño con sangre, disparos, asesinatos, en los que yo, soy la mala de la película.
En el de hoy he pasado muchisimo miedo, y aunque ahora suene como lo más gracioso y cómico del mundo en el sueño era mi peor pesadilla. La mala esta vez no era yo, sino un oso, un enorme oso pardo que me perseguía a mí y a mis amigos de la playa. La escena se desarrolla en el paseo marítimo del sitio en el que veraneo. Una valla metálica nos impide escapar, por lo que me paso la mayoría del sueño trepando lo más alto que puedo, en este caso la valla. El oso ataca a uno de mis amigos y le come el brazo (qué sádico todo).
Luego, de repente el escenario cambia. Ahora estamos en mi casa. Mi casa tiene 4 plantas asi que me paso la mayoría del tiempo subiendo escaleras huyendo, y cuando se acaban las escaleras subiendome ahora a los muebles. La parte más surrealista llega cuando se acerca la hora de dormir y le pregunto a mi padre que dónde dormirá el oso, y me contesta que en mi habitación, a los pies de mi cama. Yo le suplico que por favor no me haga esto y, aún algo más surrealista, mi padre le pasa un test al oso para comprobar que es capaz de colorear e incluso de escribir, alucina vecina. ¿cómo te quedas? Yo no se si me da más miedo que me persiga un oso o que éste sea capaz de coger un lápiz con las zarpas. Peliagudo todo.

2 comentarios:

maría dijo...

Lo mejor es pensar que los sueños... Sueños son.
O eso pienso yo.

¡Muchos besos! Y que cesen tus pesadillas.

maría dijo...

Venga, Sara, ¡enseña tu tatuaje! Jiji.