Hace poco llegué de mis vacaciones en la playa. Esa playa es mágica. En esa playa he veraneado toda mi vida y cada año que me toca volver a casa me quedo así como super triste durante muchos de los días posteriores.
Esa playa no entiende de tiempos. Ahí no existen ni relojes ni despertadores. Es como una especie de Gran Hermano, en todos los sentidos. Las sensaciones y sentimientos de incrementan y magnifican. Todo es bueno y nada es malo. Es como un sinónimo de libertad absoluta. Y a mí me encanta ser libre en todo lo que hago.
1 comentario:
sería fantástico que todos encontrasemos ese sitio...
bonitas fotos!
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